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Desarrollo de la Laringe
El revestimiento epitelial de la laringe procede del endodermo
del extremo craneal del tubo laringotraqueal.
Los cartílagos de la laringe se desarrollan a partir de los
correspondientes a los pares cuarto a sexto de los arcos faríngeos.
Los cartílagos laríngeos proceden del mesénquima que deriva de las células de la
cresta neural. El mesénquima del extremo craneal del tubo laringotraqueal
prolifera con rapidez y origina tumefacciones
aritenoides bilaterales.
Estas tumefacciones crecen hacia la lengua, convirtiendo la
abertura de tipo hendidura, la
glotis primitiva, en un estrecho laríngeo con forma de «T» y reduciendo
la luz de la laringe hasta convertirla en una estrecha hendidura.
El
epitelio laríngeo prolifera rápidamente y genera una oclusión temporal
de la luz de la laringe. La vacuolización y recanalización de la laringe
ocurre normalmente hacia la semana 10. Los
ventrículos laríngeos se forman durante este proceso de recanalización.
Los recesos
correspondientes a los ventrículos laríngeos están limitados por pliegues de la mucosa que se convierten
en las cuerdas vocales y en los pliegues vestibulares.
La epiglotis se desarrolla a partir de la parte caudal de la eminencia hipofaríngea, una prominencia que
se debe a la proliferación del mesénquima en los extremos ventrales del tercer
y cuarto arco faríngeos. La parte rostral de esta eminencia forma la protrusión
posterior (la parte faríngea) de la lengua.
Dado
que los músculos laríngeos se
desarrollan a partir de los mioblastos correspondientes
al cuarto y sexto par de arcos faríngeos,
están inervados por las
ramas laríngeas de los nervios vagos (par craneal [PC] X) que inervan estos
arcos. El nervio laríngeo superior inerva a los derivados del cuarto arco
faríngeo, y el nervio laríngeo recurrente a los del sexto arco faríngeo.
El crecimiento de la laringe y la epiglotis se produce con
rapidez durante los primeros 3 años después del nacimiento. Al cabo de este
período de tiempo, la epiglotis ha alcanzado su forma del adulto.