Sonríe que la vida es bella


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Maduración de los Pulmones
Los pulmones maduran en cuatro estadios:

Estadio seudoglandular (semanas 5-6 a 16)
Desde el punto de visión histológico, los pulmones en desarrollo tienen una cierta similitud con las glándulas exocrinas en una misma fase evolutiva. Hacia las 16 semanas ya se han formado todos los elementos importantes de los pulmones, excepto los implicados en el intercambio de gases.
Los fetos que nacen durante este período no pueden sobrevivir.

Estadio canalicular (semanas 16 a 26)
Hasta el séptimo mes de desarrollo intrauterino los bronquíolos se dividen continuamente en conductos cada vez más pequeños (fase canalicular). Ysu vascularización aumenta en forma constante. Cuando algunas de las células de los bronquíolos respiratorios cúbicos se transforman en células delgadas y planas es posible la respiración. Estas células se hallan en estrecha relación con numerosos capilares sanguíneos y linfáticos y los espacios rodeados por ellas son los sacos terminales o alvéolos primitivos.
En el séptimo mes hay suficientes capilares como para que tenga lugar el normal intercambio de gases y para permitir la supervivencia del infante prematuro.
Este período se solapa con el estadio seudoglandular debido a que los segmentos craneales de los pulmones maduran con mayor rapidez que los caudales.
Durante el estadio canalicular, las luces de los bronquios y de los bronquiolos terminales aumentan de calibre y el tejido pulmonar adquiere una vascularización importante. Hacia la semana 24 cada bronquiolo terminal ha dado lugar a dos o más bronquiolos respiratorios, cada uno de los cuales se divide posteriormente en tres a seis conductos, los conductos alveolares primitivos.
La respiración es posible al final del estadio canalicular debido a que en los extremos de los bronquiolos respiratorios se han desarrollado sacos terminales de pared fina (alveolos primitivos) y también debido a que el tejido pulmonar está bien vascularizado.
A pesar de que los fetos que nacen al final de este período pueden sobrevivir si reciben medidas asistenciales intensivas, a menudo fallecen debido a que su sistema respiratorio y otros sistemas orgánicos son todavía relativamente inmaduros.

Estadio de los sacos terminales (entre la semana 26 y el nacimiento)
Durante este período se desarrollan muchos más sacos terminales (sáculos) y su epitelio se hace muy fino. Los capilares comienzan a protruir en estos sacos (alveolos en desarrollo).
El contacto íntimo entre las células epiteliales y endoteliales establece la barrera sangre-aire que permite el intercambio adecuado de los gases para la supervivencia del feto si nace prematuramente.
Hacia la semana 26 los sacos terminales están revestidos principalmente por células epiteliales escamosas de origen endodérmico, los neumocitos tipo I o células epiteliales alveolares de tipo 1 (las células de revestimiento de los sacos, que se adelgazan de manera que los capilares circundantes sobresalen hacia los sacos alveolares), a través de los cuales se produce el intercambio de gases. El íntimo contacto que se establece entre las células epiteliales y endoteliales representa la barrera hematogaseosa.
Entre las células epiteliales escamosas hay células epiteliales secretoras redondeadas dispersas, los neumocitos tipo II o células epiteliales alveolares de tipo 2 (aparece hacia el final del sexto mes), que segregan el surfactante pulmonar, una mezcla compleja de fosfolípidos y proteínas.
La red capilar prolifera con rapidez en el mesénquima que rodea a los alveolos en desarrollo y al mismo tiempo tiene lugar el desarrollo activo de los capilares linfáticos.
El surfactante forma una película monomolecular que reviste las paredes internas de los sacos alveolares y que contrarresta las fuerzas superficiales de tensión existentes en la interfaz aire-alveolos. De esta forma se facilita la expansión de los sacos alveolares al evitar la atelectasia (colapso de los sacos durante la espiración). La maduración de los neumocitos tipo II y la producción del surfactante muestran grandes variaciones en los fetos de diferentes edades estacionales. La producción del surfactante aumenta durante las fases finales del embarazo, especialmente durante las últimas 2 semanas. La producción de surfactante comienza a las 20-22 semanas, pero este compuesto sólo está presente en cantidades pequeñas en los lactantes prematuros; no alcanza concentraciones adecuadas hasta el período fetal tardío.
Hacia las 26-28 semanas de la fecundación, el feto pesa aproximadamente 1.000 g y posee un número suficiente de sacos alveolares y la cantidad suficiente de surfactante como para poder sobrevivir si se produce su nacimiento prematuro. Previamente, los pulmones suelen ser incapaces de mantener un intercambio de gases adecuado debido en parte a que la superficie alveolar es insuficiente y en parte a que la vascularización no está suficientemente desarrollada.
El elemento crítico para la supervivencia y el desarrollo nervioso adecuado de los prematuros no es tanto la presencia de sacos terminales finos ni de un epitelio alveolar primitivo como el desarrollo de una vasculatura pulmonar adecuada y la producción de cantidades suficientes de surfactante.
Los fetos que nacen prematuramente entre las semanas 24 y 26 pueden sobrevivir si reciben medidas asistenciales intensivas; sin embargo, también pueden presentar dificultad respiratoria debido a una deficiencia de surfactante. La tasa de supervivencia de estos lactantes se ha incrementado con el uso de corticoides antes del nacimiento, con los que se induce la producción de surfactante; también ha aumentado con la administración de surfactante en la fase posnatal.